viernes, 4 de julio de 2008

"Naciste para triunfar"

Hay gente que pasa por nuestras vidas por un período cortito de tiempo, pero deja una marca para siempre. Creo que todos conocemos a alguien así. Es como que Dios, de tanto en tanto, nos envía abrazos a través de gente que “toca tambo” en nuestras vidas y sigue viaje. El tema de hoy lo dedico a un tipazo que está volviendo a su tierra, para ir a regalar esperanza, entusiasmo y espíritu de victoria a sus compatriotas, de la misma forma que lo hizo aquí con nosotros.

Jorge no puede estarse quieto ni hablar bajito. No puede hablar sin destilar entusiasmo por todos los poros. Tiene un vozarrón, casi-salta mientras habla, le brillan los ojos, no le cabe el entusiasmo en el cuerpo! (Cómo te vamos a extrañar, man!)

Jorge me contó una vez la siguiente anécdota: lo llamó un profesor-consejero de la escuela cristiana donde estudia su hijita, para decirle, con mucho tacto, que él estaba haciendo algo mal con respecto a la educación de ella. Que ella solía decir que había nacido para triunfar, y que eso no era realista. Que todos los cristianos deberían saber que en este mundo sufrirán, que tendrán que cargar su cruz, etc, etc.. y que en síntesis, esta nena tenía un optimismo irreal… no se la estaba preparando para los golpes de la vida.

Claro, la nenita está sometida a triunfoterapia desde que nació… y al ritmo hipermegaentusiasta de su papá. “Para qué naciste??!!” le pregunta él de rutina. “Para triunfar!!” responde ella. La muy marciana. Entre tanta gente acostumbrada a sobrevivir y a depender de factores externos que determinen cómo será su día, su humor, su vida, la pobre es un espécimen raro.

Qué triste que hayamos entendido tan mal el evangelio. Qué triste que muchos piensen que “cargar la cruz que te toca” significa andar con la cabeza baja y con la famosa frase “pero yo confío en Dios… (snif) El me sostiene… estamos en la lucha…”

Qué trágico que no seamos conscientes de que estamos aquí, ahora, para reinar, para gobernar la creación como inteligencias superiores que somos. Para ser evidencias vivientes del poder de Dios en el ser humano. No para aguantar estoicamente, dando un triste testimonio de tal poder, esperando la eternidad para, por fin, sonreír.

Cuando los fariseos le preguntaron a Jesús porqué cierto hombre había nacido ciego, especularon así: "¿fue por su pecado, o por el pecado de sus padres?". Jesús no aceptó ninguna de esas inútiles opciones y respondió: "Para que el poder de Dios se manifieste en él".
Cool :)

Lo que Jorge está haciendo con sus hijos es lo que todos deberíamos hacer: declarar –y demostrar- que estamos aquí para triunfar. Dios nos creó con un propósito. No para no tener caídas, sino para saber que podemos levantarnos y seguir persiguiéndolo. Dios no permite jamás que atravesemos un problema, sin antes equiparnos para triunfar sobre él. Y si no estamos triunfando sobre un problema de años, una de tres: o no sabemos que nacimos para triunfar, o sí lo sabemos pero no estamos dispuestos a hacerlo, o no hemos aprendido cómo.

Sí, algunas batallas vamos a perderlas. Sí, estamos sujetos a factores que no podemos controlar. David Richo habla de 5 hechos inevitables en esta vida: el cambio, los reveses en los planes, la injusticia, el dolor, y el hecho de que las personas que amamos, nos fallan de vez en cuando. El sostiene que en realidad nuestro miedo y nuestra constante lucha contra estas 5 certezas, son la fuente verdadera de nuestros problemas. La cuestión es aceptarlas y encararlas, y usarlas para seguir creciendo. No lamentarse y sobrevivirlas.

¿Hay algún problema que está triunfando sobre vos? Contale la noticia: naciste para triunfar, porque estás del lado de Aquel que triunfó sobre todo el mal y te capacitó para imitarlo. Hoy, mañana, dentro de 3 semanas o 2 años, pero vas a triunfar sobre ese problema, porque estás equipado para hacerlo y tu “equipo” es parte de tu propósito. Si es cuestión de aprender cómo, buscá los medios. Si otras personas pudieron sobreponerse a divorcios, cáncer, vivir con una enfermedad, sin un miembro del cuerpo, en cautiverio, o habiendo perdido a un ser querido; quiere decir que se puede, que la raza humana puede. Llorá, decí que duele si es necesario, acusá recibo del golpe, porque el dolor -maldito dolor- es real. Pero no te quedes abajo para siempre. Naciste para triunfar. No dejes que ningún desinformado te convenza de lo contrario.

Y si te sentís tentado a decir que tu situación es imposible, imaginate lo peor. Pensá qué harías sin un brazo… sin dos… sin los dos brazos y una pierna… bah, sin las dos piernas también! Después tomate un minuto para comparar esos pensamientos con los de este chico australiano del video, que se tomó en serio las palabras de Jesús: “para el que cree, TODO es posible”:
http://www.youtube.com/watch?v=0RiTJzcTFQE&feature=related

1 comentario:

Lobo Suelto dijo...

Muchas veces me confundo Triunfar con ganar...
Muchas veces me han señalado por mi egocentrismo y egoismo, de jugar solo para ganar. Por eso, le pido a Jesús que me dé la fuerza para Triunfar aun en la derrota, tal como Él se levanto de la muerte... Triunfante...
Ojalá algún día lo logre... hoy me conforto LUCHANDO!
GGGRRRRRRRR!!!!!!!!