lunes, 8 de diciembre de 2008

Sin efectos especiales

Tengo una amiga –creo que todos conocemos a alguien así- totalmente mística. Es de esas que viven con "efectos especiales" Hace unas pausas cuando habla…. así, como para que suene música de fondo entremedio, cuando dice algo medio profundo. Y lanza esas miradas mientras habla, como para que alguien escriba acerca de ella algo como "miró largamente el horizonte mientras decía…". Siempre busca los "momentos kodak", con el cabello al viento y el paisaje de fondo. Es una poetisa de la imagen. Romántica incurable. Mira las estrellas y suspira… en fin, el paquete completo.

Lo cual nos causa muchísimas risas cuando se equivoca en alguna palabra y yo la remedo, con todo su trasfondo de cuento de hadas.

Se me hace que eso es lo que muchos suponen sería tener alguna experiencia con Dios…… y se entiende: está la ceremoniosa música de fondo en la iglesia los días de eventos especiales. Están las ropas "de iglesia", está el lenguaje eclesiástico. "Hermano" "bendiciones" “alabado sea el Señor”, etc. Y los rezos y oraciones están escritos en lenguaje formal. Entonces sin querer se crea una onda de "cuidado… aquí estás por entrar a la presencia de Dios". Ponete en "posición de clase", como nos decían en el colegio.

A mí me pasaba que si yo me enojaba justo antes de almorzar, no oraba, porque no quería hablarle a El con esa "voz"… como si fuera que él no conocía mis rabietas!

Claro que después cuando entré en confianza, me fui al otro extremo y me plagueaaaaaaba con El. Igual ya fue un gran paso adelante. Ahí lo que tenía que acabar era el plagueo, no la confianza de hablar con Dios como una nena mimada habla con su papá. Y a medida que crece, sigue hablándole en confianza aunque sus conversaciones van siendo más maduras.

(Creo que por eso me gustaba leerle al profeta Jeremías, qué tipo plagueón!! Me hacía sentir tan identificada! Si un profeta puede lloriquearle así a Dios, alguien menos consagrado también puede, decía yo. O sea… el rey David era fatalista cuando se deprimía, Jonás era pichado, pero Jeremías era lisa y llanamente plagueón).

A qué viene todo esto? A una gran tragedia, y no exagero: el misticismo le ha robado realismo al Dios práctico, al Dios de entrecasa… el de verdad. Porque mayormente tenemos a Dios en cuenta para cosas "adecuadas" y no para el día a día, la vida real. Y nos perdemos justamente, exactamente, trágicamente, lo único que El pretende de nosotros y ha pretendido a través de la historia de la humanidad: un relacionamiento padre-hijo, un intercambio real.

Así como al dejar la adolescencia atrás y al conocer el amor verdadero nos damos cuenta de que ese amor no es un príncipe encantado, ni una frágil y encantadora damisela con peinado de peluquería 24/7; así como al madurar entendemos que el amor verdadero no tiene aliento Halls a la mañana, ni suena "Forever love" cada día mientras él nos confiesa su amor sin beso hollywoodesco… Así también deberíamos sacarle a Dios la expectativa de efectos especiales al dejar la adolescencia espiritual. Hay Hollywood en las iglesias y en los medios. Hay una imagen irreal que Jesús combatió con lecciones prácticas, y los seguidores que lo escucharon y entendieron fueron justamente los menos pomposos, los menos literatos, los menos místicos. Los que necesitaban cosas prácticas.

Por qué sería esto tan grave? Porque mucha, mucha, pero MUCHA gente que conozco dice que jamás sintió realmente al tal Dios. Que quisiera tener fe, que le encanta leer sobre Dios, etc… pero no logra conciliar las imágenes místicas en su vida real de lunes con tráfico, de lenguaje descuidado, de emociones despatarradas, de horario que no deja tiempo –ni ganas- de dejar de ser quienes son y asumir una onda "cristiana" -tipo Ned Flanders o la vecina que vive con el rosario al cuello.

Vuelvo a mi ejemplo: Si una mujer o un hombre no dejan atrás sus ideales místicos de adolescencia, nunca llegan a conocer el amor verdadero. Son los que, o se quedan solos por no encontrar lo que la TV les prometió, o se casan y duran casados hasta que se acaba la sorpresa. Después, vuelta a “buscar el amor”. Pueden enamorarse, pero no por mucho tiempo. Cuando la novia se vuelve una mujer real, van de vuelta a buscar otra que sea “novia”. Y así, hasta que un día se descubren preguntándose cómo será amar de verdad. Qué se sentirá ser amados con todo y defectos.

O sea, si no dejan atrás lo místico, nunca llegan a disfrutar de lo real. Y la fantasía es linda y necesaria en los niños… es entendible en adolescentes… pero es trágica en los adultos.

Y si nosotros no dejamos atrás la imagen eclesiástica de Dios, no podemos llegar a disfrutar del Dios real. Y tanto que lo necesitamos! Buscamos paz, felicidad, equilibrio, armonía… buscamos zen, yin-yang, iluminación, satori, sabiduría… Si no conocemos a Dios siempre tenemos esta búsqueda, hermosa pero permanentemente insatisfecha, porque no puede ser reemplazada. El alma anhela estar en casa y no se conforma con menos. El alma sabe que Dios nos creó para ser completos sólo en él.

Entonces ante los problemas gritamos, nos sindicalizamos, peleamos, nos divorciamos, nos escondemos, hacemos guerra, emigramos, hacemos protestas, entramos en depresión, pagamos terapia, vamos a spas, reclamamos justicia, nos resignamos, planeamos venganza, usamos lenguaje de “superados”…. y nunca volvemos satisfechos. A pesar de los paliativos, el alma sigue buscando tarde o temprano. Y Dios? Con tan mal márketing que tiene, Dios es una opción para ser usada cuando nos interese la onda mística o la música cristiana, ahora no. Vivimos pagando derecho de piso con amigos o familiares que abusan de nosotros, y aguantamos porque es lo más parecido al amor, a la paz, al alivio, lo más cercano a Dios que podemos tener sin Dios.

Es o no es trágico?

Muchos que dicen conocer a Dios dan clara evidencia de que no es cierto: simplemente tienen mucho conocimiento teórico.. sus vidas cotidianas demuestran claramente que su búsqueda interna no ha sido satisfecha. La otra cara? Mucha gente que no cree en Dios ha incorporado Sus principios de bien a sus vidas, y estas personas dan mayor testimonio del Dios real. Siempre dije esto: no clasifiques al mundo entre creyentes y ateos, la verdadera clasificación está entre quienes están del lado del bien y quienes están del lado del mal. Una creyente crónicamente chismosa o egocéntrica no me muestra nada sobre Dios. Un ateo lleno de amor por los demás, me muestra la esencia de Dios.

Si vos también te decepcionaste de la imagen poco realista que te dieron de un Dios distante, contradictorio, favoritista, condicional, o cuando menos muy aburrido –odia el fútbol, le irritan los adolescentes, le aturde la música, no le interesan las artes, le asusta la tecnología, y sus gustos de moda están unas décadas atrás-, te prometo que te va a fascinar conocerle al Dios que está por encima de todas esas cuestiones. Al Dios que está aquí, al que le hablás de "vos", y que te responde. No para darte un sentimiento de “sublime e inefable paz” con paisaje de fondo, sino para hacerte vivir con propósito. Para que tu vida tenga sentido, aún en vejez, enfermedad, abandono, fracaso o incertidumbre.

Y vas a seguir teniendo problemas, pero vas a aprender a enfrentarlos con autoridad, sabiendo el lugar que te corresponde en el Universo y sabiendo que no naciste para que la vida “te suceda”. Vas a entender de una todas las historias bíblicas, y vas a entender porqué Dios trabajó siempre, siempre, siempre, con gente imperfecta, porqué sus promesas nacieron de vientres estériles y sus triunfos se cocinaron en las ollas de las mayores desgracias. Vas a “usar” lo que te pasa viéndolo desde afuera, desde arriba, y no desde la indefensa posición de tu humanidad lastimada y limitada.

Y el cambio va a ser tan radical como el amor verdadero versus el de las novelas. Como dice Maitena, "la diferencia entre los príncipes azules y los maridos, es que los maridos existen".

La diferencia entre el Dios esperando en las iglesias y el Dios cotidiano, es que el segundo existe, también.

Y mi amiga mística? También hay realidad física para ella: en su caso, ella puede experimentar a Dios en dos versiones :)

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